domingo, 2 de diciembre de 2012

Mortalidad Infantil

La tasa de mortalidad infantil es un indicador demográfico que señala el número de defunciones de niños en una población de cada mil nacimientos vivos registrados, durante el primer año de su vida. Aunque la tasa de mortalidad infantil se mide sobre los niños menores de 1 año, también se ha medido algunas veces en niños menores de 5 años. La consideración del primer año de vida para establecer el indicador de la mortalidad infantil se debe a que el primer año de vida es el más crítico en la supervivencia del ser humano: cuando se sobrepasa el primer cumpleaños, las probabilidades de supervivencia aumentan drásticamente. Se trata de un indicador relacionado directamente con los niveles de pobreza y de calidad de la sanidad gratuita (a mayor pobreza o menor calidad sanitaria, mayor índice de mortalidad infantil) y constituye el objeto de uno de los 8 Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas.



Marco teórico

La Tasa de Mortalidad Infantil se utiliza como un indicador del nivel de calidad de vida de una población. Se la señala también como el resultado del cuidado del bienestar en general y de la atención de la salud. En publicaciones de organismos internacionales, la tasa de mortalidad infantil se relacional con el nivel general de desarrollo de un país. Con los estudios pioneros de Villermé (Médico y estadístico francés), en el siglo XIX, se comenzaron a entender las diferencias economicosociales en la mortalidad y la morbilidad humanas: los hallazgos indicaban relación inversa de la mortalidad o la morbilidad con el ingreso o relación directa con la pobreza y las condiciones de vida de las personas y la comunidad. Desde esa época se desarrollaron trabajos en los que se midieron indicadores como morbilidad y mortalidad con el nivel socioeconómico de individuos o grupos humanos, tanto por el lugar de residencia (barrios, regiones, ciudades, países, etc.) como por la pertenencia a algún grupo en particular (etniacolor, etc.). Este tipo de estudio tuvo nuevamente un gran impulso en el último cuarto del siglo XX y comienzos del XXI, especialmente en los países desarrollados, cuando se verificó empíricamente un crecimiento de la desigualdad en mortalidad y morbilidad. Se comenzó a relacionarla con un crecimiento en la desigualdad en losingresos de la población y con un viraje hacia un cierto grado de restricciones en la utilización del estado de bienestar. La tendencia señaló una relación directa entre el ingreso o nivel socioeconómico y la calidad de los resultados en salud, tanto en indicadores de mortalidad como de morbilidad. En estos últimos años, hubo interesantes estudios sobre la relación entre la mortalidad infantil y las desigualdades socioeconómicas.



Desarrollo

La mortalidad infantil es la variable que da el número de muertes de niños menores de un año de edad en un año determinado por cada 1000 niños nacidos vivos en el mismo año. Se incluye la tasa de mortalidad total, y las muertes por género, masculino y femenino. Esta tasa se utiliza a menudo como un indicador del nivel de salud de un país.
En el estudio de la mortalidad infantil se debe tener en cuenta un conjunto de factores que influyen y determinan el nivel de la misma: biológicos, demo-gráficos, socio-económicos, culturales, ambientales, de atención de la salud y geográficos.
La tasa de mortalidad infantil relaciona las defunciones de menores de un año acaecidas durante un año y el número de nacidos vivos registrados en el transcurso del mismo año y es considerada como uno de los indicadores más importantes para la planificación y programación de actividades en salud y, debido a su especial utilidad, es necesario calcular e interpretar correctamente sus valores. Probablemente, los errores más graves son los que provienen de una incorrecta aplicación de la definición del hecho y de la inscripción del mismo. Existe una tendencia a inscribir como defunciones fetales a los niños que, aun habiendo nacido vivos, mueren inmediatamente. O sea, que podría haber una su inscripción de nacidos vivos y también de las defunciones infantiles, situación que influye en el cálculo de las tasas de mortalidad infantil. Otro factor a considerar es la omisión de registro del el nacimiento y la defunción.
En general, suele considerarse que la mortalidad infantil es un problema asociado a las condiciones de vida que impone el subdesarrollo. Por este motivo, siendo la Argentina un país de desarrollo intermedio, se tiende a pensar que el problema habría pasado a un segundo plano y que las dimensiones relevantes de la pobreza serían otras, como la desnutrición o el bajo ingreso de los hogares pobres. No obstante, existe amplia evidencia sobre la severidad de mortalidad infantil en Argentina y, lo que es mucho peor, de que en gran parte ésta se produce por la falta de criterios adecuados en el uso de los recursos públicos.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, la tasa de mortalidad infantil en niños menores de 1 año es de 13,3 por cada 1.000 nacidos vivos, por lo que unos 9.300 niños mueren antes de cumplir su primer año de vida. Si bien este indicador es el de uso más común, suele reflejar una realidad parcial porque es influenciado por la mortalidad neonatal, que es la que se produce antes de cumplir los 28 días de vida y está sensiblemente influenciada por las condiciones de gestación (casi 6.000 casos de los 9.300 son niños que mueren en los primeros 28 días). Un indicador más sensible a las condiciones de vida es la probabilidad de muerte antes de cumplir los 5 años. Según los datos oficiales, por año en Argentina mueren 15,6 niños menores de 5 años por cada 1.000 nacidos. En 2007, 10.912 niños murieron antes de cumplir los 5 años (incluyendo los 9.300 que mueren durante el primer año).

La mortalidad infantil ha bajado un 41% desde la década de los noventa

El índice de mortalidad infantil se ha reducido un 41 por ciento entre 1990 y 2011, según han informado este jueves el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en un comunicado. No obstante, ha advertido de que millones de menores de cinco años siguen muriendo cada año por causas "evitables". Esta cifra ha demostrado que es posible disminuir "radicalmente" la mortalidad infantil y ha revelado que las reducciones más importantes han ocurrido en menores de cinco años. Según el informe conjunto de UNICEF y el Grupo Interinstitucional para las Estimaciones sobre Mortalidad Infantil de Naciones Unidas, en la década de los noventa el número de niños que morían ascendía a doce millones frente a los 6,9 de 2011. En la actualidad, mueren cada día 14.000 niños menos que hace dos décadas. El informe, 'El compromiso con la supervivencia infantil', ha puesto de relieve que "ni el hecho de pertenecer a una región determinada ni la situación económica es necesariamente un obstáculo para que los países reduzcan las muertes infantiles". El director ejecutivo de UNICEF, Anthony Lake, ha remarcado que a pesar del descenso mundial de la mortalidad en menores de cinco años, "también hay asuntos pendientes". "Millones de niños menores de cinco años siguen muriendo cada año por causas en gran medida prevenibles para las cuales existen intervenciones probadas y asequibles", ha agregado. Lake ha enfatizado que las vidas de estos niños podrían salvarse con "vacunas, una nutrición adecuada y atención básica médica y materna" porque "el mundo cuenta con la tecnología y los conocimientos técnicos para hacerlo" así que el objetivo prioritario "consiste en ponerlos a disposición de todos los niños". Más de la mitad de las muertes por neumonía y diarrea se producen solamente en India, Nigeria, Pakistán y la República Democrática del Congo. Las muertes por enfermedades infecciosas se pueden evitar, según UNICEF. A través del informe se puede acceder no solo a las estimaciones de mortalidad, sino también a las "principales causas" y a las estrategias de "alto impacto" para acelerar el progreso. Más del 80 por ciento de las muertes ocurridas en 2011 se concentraron en Asia meridional y África subsahariana, en donde uno de cada nueve niños fallecen antes de cumplir los cinco años. Desde el mes de junio, más de la mitad de los Gobiernos del mundo han renovado su compromiso con la supervivencia infantil y España se ha comprometido a acelerar los progresos centrándose en las esferas donde el reto de la supervivencia infantil es mayor. Además de los factores médicos y de nutrición, las mejoras en educación, el acceso a agua potable y su adecuado saneamiento, una buena alimentación, la protección de la infancia y el empoderamiento de la mujer aumentarán las posibilidades de supervivencia y desarrollo del niño.

     El número de muertes de niños en el mundo, aumenta tristemente año tras año. La cantidad de muertes son mayores en los países con menos recursos o en estado de guerra, como Afganistán.
                 En demografía, tasa que indica el número de individuos menores de nueve años fallecidos a lo largo de un periodo de tiempo determinado. La medida de la mortalidad infantil, así como el de la esperanza de vida, o edad promedio que se alcanza en la vejez, es uno de los indicadores del grado de desarrollo social con el que cuenta un grupo humano.
                 Por regla general, los datos se expresan en términos de número de muertespor cada mil individuos, agrupado por edad, sexo, localidad o país, o grupo social. Dentro concepto de mortalidad infantil hay varias categorías: neonatal, posneatal, e infantil y otros como preescolar y escolar.
                 La erradicación de enfermedades, los cuidados prenatales, las condiciones de higiene, así como el número de centros de salud y su equipamiento por número de habitantes son factores que contribuyen a que disminuya la tasa de mortalidad infantil.

Muerte por Ininacion
El clima, la deficiente planificación agrícola, la inestabilidad política, la ineficacia y mala administración de los recursos naturales, son las causas por las que millones de niños mueren de hambre en el mundo. La tasa de mortalidad infantil es una de la más alta en el continente africano.

Mortalidad en el mundo

Estos son los páises por Continentes con mayor indice de Mortalidad Infantil

Europa: Albania- 30%

África: Sierra Leona- 166%

Oceanía: Papua-Nueva Guinea 68%

América Central y América del Sur: Haití- 86%
Argentina 24% (en aumento en los últimos años)

América del Norte: México- 36%

Asia: Bután- 124%

  Debemos aprender a valorar lo que tenemos, lo que conseguimos con nuestros esfuerzos. Ayudar a los que realmente lo necesitan, y así poder evitar la muerte de más niños que crece dramáticamente.
 Debemos tener en cuenta que lo que nosotros tenemos, otros no lo tienen y son los que mas lo necesitan.


El objetivo: reducir la mortalidad infantil


Metas para 2015:

Reducir la mortalidad en la infancia en dos terceras partes, de los 93 niños por cada 1000 que morían antes de cumplir cinco años en 1990, a 31 por cada 1000 en 2015.

La supervivencia de la infancia es el núcleo fundamental de todas las actividades de UNICEF.
Alrededor de 29.000 niños y niñas menores de cinco años- 21 por minuto-  mueren todos los días, especialmente de causas que se podrían evitar.
Más de un 70% de los casi 11 millones de muertes infantiles que se producen todos los años se deben a seis causas: la diarrea, el paludismo, las infecciones neonatales, la neumonía, el parto prematuro o la falta de oxígeno al nacer.
Estas muertes se producen sobre todo en el mundo en desarrollo. Un niño de Etiopía tiene 30 veces más probabilidades de morir al cumplir cinco años que un niño de Europa occidental. Entre las muertes infantiles, en Asia meridional y central se producen las mayores cifras de muertes neonatales, mientras que en África subsahariana se registran las tasas más elevadas. Dos terceras partes de las muertes ocurren en solamente 10 países.
Y la mayoría se pueden evitar. Algunas de estas muertes se deben a enfermedades como el sarampión, el paludismo o el tétanos. Otras son el resultado indirecto de la marginación, los conflictos y el VIH/SIDA. La desnutrición y la falta de agua potable y saneamiento contribuyen a la mitad de todas estas muertes infantiles.
Pero las enfermedades no son inevitables, ni tampoco los niños enfermos tienen por qué morir. Las investigaciones y la experiencia indican que 6 millones de los casi 11 millones de niños y niñas que mueren todos los años podrían salvar la vida por medio de medidas nada sofisticadas, basadas en pruebas empíricas y eficaces en relación a sus costos, como vacunas, antibióticos, suplementos de micronutrientes, mosquiteros tratados con insecticida y una mejora de las prácticas de atención familiar y lactancia materna.
Estas medidas forman la base de las actividades de UNICEF para ayudar a los niños y niñas a sobrevivir, y se llevan a cabo por medio de cientos de aliados y de las oficinas sobre el terreno –así como empleados itinerantes– en todo el mundo.